
Sólo fui llanto
en las noches de insomnio.
Rufián loable, sediento de amor,
carga de sol, sudor de hiel.
Las palabras se ahogan en este mar de dudas, mientras pinto de gris un futuro incierto. Llega la hora...Me planto, me sumerjo en las estrellas; abro una puerta de tres para que entre lo que no supe ver, hambriento de los placeres visibles que deje escapar...
Si el sol arrasa mi piel
y la luna me abre la esperanza,
viviré en la plena oscuridad
abrazado a mis locuras.
Con este precioso poema de Lorca quiero reivindican el llanto como algo bueno y necesario. Tenemos que llorar para sacar nuestras preocupaciones, nuestras angustias, nuestros fantasmas. Feliz Navidad a todos!